viernes, 13 de octubre de 2017

LA MONTAÑA ENTRE NOSOTROS: una montaña de bostezos

Fueron las películas palestinas Idol y Omar las que abrieron las puertas de Hollywood al director nacido en Nazaret Hany Abu-Assad, dándole la oportunidad en trabajar en una película como La montaña entre nosotros.
Aprovechando la majestuosidad de los paisajes de Vancouver, en Canadá, la película narra la epopeya de dos desconocidos que deciden aventurarse en un viaje en avioneta cuando la amenaza de tormenta impide la salida de todos los vuelos comerciales. Un accidente los dejará malheridos y perdidos en medio de la nada, iniciándose así una lucha por su propia supervivencia a la vez que deben aprender a conocerse y confiar uno en el otro para aspirar a ser rescatados.
Cayendo todo el peso de La montaña entre nosotros en sus dos estrellas, unos esforzados Idris Elba y Kate Winslet que incluso estando soberbios no salvan de la quema al film (por ahí están también Dermot Mulroney y Beau bridges, pero sus aportaciones son casi anecdóticas), el problema de la película no está en lo terriblemente previsible que es (casi desde el arranque se puede adivinar como va a terminar, sin espacio alguno para la sorpresa), sino en que esa supuesta aventura de supervivencia (cabría pensar en algo al estilo ¡Viven!) queda enseguida empañada por el drama romántico en que deriva la narración.
Aun así, la química entre Elba y Winslet podría ser suficiente para ver la película con un mínimo de agrado, pero Abu-Assad comete el error de alargar la historia con un epílogo demasiado extenso, inconsciente de que una vez se deja atrás la parte referente a la montaña el interés decae definitivamente.
La montaña entre nosotros, resulta, al final, tediosa y aburrida, poco creíble y sin ningún aliciente especial (más allá de los mencionados actores) para acercarse a ella.

Valoración: Cuatro sobre diez.

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