domingo, 11 de junio de 2017

PÀTRIA, legendariamente fallida

Tras el estreno de la semana pasada de Mil coses que faria per tu se podría decir que el cine catalán está de enhorabuena, pero viendo la calidad final de las películas lo cierto es que se tendría que poner semejante afirmación entre comillas. Entre muchas comillas.
Pàtria, la llegenda d’Otger Cataló , pretende ser una epopeya histórica sobre los orígenes de Catalunya, una propuesta extremadamente ambiciosa si tenemos en cuenta que su presupuesto ha sido ridículo y no ha contado con ayudas oficiales. Para ello, el director Joan Frank Charansonnet ha decidido narrar dos historias en paralelo: por un lado, la de Climent de Vallcebre (Boris Ruiz, que curiosamente también está en Mil coses que faria per tu) en el convento de Sant Llorenç, y por otra la que corresponde a la leyenda de Cataló que el propio Climent narra. En este sentido, las referencias son claras, desde la narrativa de Umberto Ecco en El nombre de la rosa hasta las historias de caballería con Excalibur en cabeza. Siendo así, es la historia en el convento la que mejor funciona, con una narrativa más sosegada y mejores interpretaciones, aunque Charansonnet no es capaz de conseguir mantener bien el ritmo narrativo para lograr un clímax (hay una sencilla trama de intriga) satisfactorio. Sin embargo, la parte que corresponde a la leyenda en sí (con todas las licencias narrativas que se permite, añadiendo temas mágicos y cambiando el destino de los personajes con respecto a lo que el folclore local reza) naufraga estrepitosamente. Es loable el propósito de emprender semejante empresa con más corazón que cabeza, pero resulta casi imposible no caer en el ridículo cuando no hay dinero para recrear unas batallas que se suponen épicas y terminan pareciendo más un espectáculo de un parque temático que un enfrentamiento entre cristianos y serrainos. 
Además, Charansonnet tampoco está a la altura de las circunstancias (es labor del director saber disimular las carencias económicas) y abusa de la cámara lenta creyendo que así va a dotar de épica a una historia que no la tiene (solo la banda sonora está a la altura de las circunstancias). Al final, el grupo de condes que Cataló reúne para su empresa (que han pasado a la historia como los nueve de la fama) no tienen tiempo para ser desarrollados y pasan sin pena ni gloria por la película, totalmente intrascendentes.
Es una pena que una película tan presumiblemente valiente se salde con tan pobre resultado, pareciendo al final que todo sea una mera excusa para aprovechar una corriente ideológica (en un momento de la película hay un discurso nada sutil que refleja cierta ideología independentista actual) que no contar una epopeya real. Y todo ello podría perdonarse si al menos las interpretaciones y el director estuviesen a buen nivel. Pero me temo que no es así.
Quizá si Charansonnet se hubiese limitado a narrar la leyenda, prescindiendo de la trama correspondiente a Climent de Vallcebre la cosa le habría ido mejor, eso es algo que nunca sabremos, pero querer abarcar tanto con tan poco no puede salir nunca bien, y los buenos propósitos terminan empañados por escenas ridículas y una leyenda falseada.
Esta no es la película que Catalunya se merece.

Valoración: Tres sobre diez.

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