domingo, 7 de mayo de 2017

EL CÍRCULO, un Black Mirrow alargado y descafeinado.

El Círculo, la nueva película de James Ponsoldt, contaba a priori con unos cuantos detalles interesantes. Para empezar, la adaptación de la novela de Dave Eggers que nos alerta sobre los peligros de la tecnología y la falta de privacidad. Por otro lado, Ponsoldt ha logrado reunir un interesante casting donde destaca de forma casi omnipresente Emma Watson pero que va bien arropada por Tom Hanks, Karen Gillian, John Boyega o Patton Oswalt. Y por último, por tener la oportunidad de despedirnos del actor Bill Paxton, que realiza aquí su último trabajo cinematográfico antes de su fallecimiento.
Sin embargo, ninguno de estos elementos es suficientes como para justificar la visualización de El Círculo. Quizá demasiado lastrada por la existencia de una serie tan interesante como Black Mirrow, nada de lo que nos explica Ponsoldt parece novedoso, siendo su puesta en escena, además, apática y previsible. Todo parece estar diseñado para molar mucho, con esas imágenes virtuales, esos planos circulares y la envolvente música de Danny Elfman, pero a la hora de la verdad todo resulta ser estéril e insulso.
Mae es una ambiciosa y capacitada chica que logra entrar a trabajar en una puntera compañía tecnológica que, siempre con la bandera del buen samaritano, aspira a convertirse en un Gran hermano mundial, el ojo que todo lo ve y todo lo controla. Información es poder, y en estos tiempos más que nunca.
Pese a una desconfianza inicial, Mae pronto se dejará seducir por los cantos de sirena de El Círculo, terminando por ser ella misma la más convencida, como si de una secta absorbe cerebros se tratase, por más que las pistas de que algo no es trigo limpio se nos muestren enseguida. Sin embargo, si se supone que esto debe funcionar como thriller de intriga, la cosa no va a buen puerto.
Al final, la película termina pecando de ingenua, sin saber arriesgar cuando más lo necesita y conformándose con ser un cuento muy simplista donde las cosas suceden porque sí y los personajes no tienen oportunidad de ser desarrollados, desaprovechando con ello a los actores que los interpretan. Así, Boyega se limita a dejarse ver en un par de ocasiones muy forzadas, Hanks solo aporta algo de carisma en su primera aparición, sumándose luego en la desidia general y Watson no posee aún las tablas suficientes como para levantar por sí misma un proyecto condenado al fracaso, aunque en Coloniaestaba más cerca de conseguirlo. Quizá el ejemplo más fragante sea que Karen Gilliam tiene oportunidad de demostrar su talento interpretativo mucho mejor en Los guardianes de la Galaxia, Vol. 2, pese a los kilos de maquillaje y las prótesis que lleva, que aquí.
El Círculo no es abominable. Simplemente es insustancial. Se puede ver y entretiene medianamente durante su visionado, pero ni consigue emocionar (aunque lo pretende) ni el (previsible) giro final logra convencer lo más mínimo.
Puede que las nuevas tecnologías y el poder que ejercen sobre nosotros sea algo aterrador, pero si la forma de denunciarlo es con películas como estas, vamos mal encaminados.
Sirve para pasar la tarde, pero poco más.

Valoración: Cinco sobre diez.

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