jueves, 13 de abril de 2017

UN GOLPE CON ESTILO, risas de geriátrico

Últimamente hay tantas películas protagonizadas por un grupo de actores de avanzada edad que casi se ha convertido en un género propio. Comedias geriátricas, las llaman por ahí. El caso es que estas suelen estar cortadas por un mismo patrón: grandes actores haciendo cuatro tonterías que resultan simpáticas y entrañables pero poco más.
Un golpe con estilo no difiere mucho de esa apreciación, aunque es posible que su humor funcione mejor que en otras ocasiones. Muy heredera de Ocean’s Eleven (con homenaje al Rat Pack incluido), la película es un remake de una peli de 1979 a mayor gloria de George Burns.
Tres jubilados ven como los mamoneos empresariales los dejan sin su pensión, mientras que el banco, debido a sus hipotecas abusivas, está a punto de quitar la casa a uno de ellos. Después de presenciar un atraco en su banco, este decide que robar el banco es más sencillo de lo que parece, y ve así el final a todos sus problemas.
Con el juego de querer robar a su propio banco, la crítica a los abusos de las financieras y la dudosa moralidad de no robar más que lo que es justo, Un golpe con estilo podría ser una hermana simplona de Comanchería, por más que aquí la denuncia social se pierda rápidamente entre chistes de achaques y dolores.
Esto no es más que una reunión de amigos que quieren pasárselo bien, quizá cansados de que a ciertas edades el cine solo les ofrezca papeles secundarios. Es lo que ya sucedía en Tipos legales, Plan en Las Vegas o Ahora o nunca, y lo cierto es que ese buen rollo y esa camaradería logra traspasar las pantallas y contagiar al espectador.
Claro que tener a tres actores oscarizados como protagonistas también ayuda mucho. Morgan Freeman, Michael Caine y Alan Arkin no son moco de pavo, pero el elenco de secundarios tampoco es manco: Christopher Lloyd, Ann-Margret, Joey King, Matt Dillon y John Ortíz también andan por ahí.
En resumen, una película muy agradable de ver, divertida y entrañable, que no inventa nada, pero invita a evadirse de todo durante poco más de hora y media y, después, con una sonrisa en los labios, a otra cosa, mariposa.

Valoración: Seis sobre diez.

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