domingo, 19 de febrero de 2017

BATMAN, LA LEGO PELÍCULA, confusa y cansina

Hace un par de años la compañía LEGO, Warner mediante, realizó una simpática película basada en sus populares juguetes (que ya tenían diversas adaptaciones en videojuegos y producciones de DVD) que tenía un punto de originalidad (pese a que a mí no me llegó a seducir) y que encumbró a sus directores y guionistas Phil Lord y Christopher Miller.
Ya comenté en su momento que la aparición de Batman estaba entre lo mejor del film, y algo parecido debieron pensar en la compañía cuando su siguiente propuesta en formato grande es precisamente una película en solitario del sombrío superhéroe. No están en esta ocasión ni Lord ni Miller, siendo sustituidos por Chris McKay en la silla de director y por un grupito de guionistas encabezados por el inefable Seth Grahame-Smith. Y pese a las expectativas que desprendía el tráiler, parece que han perdido con los cambios.
Batman es el dueño absoluto de esta aventura, por más que la práctica totalidad de superhéroes y villanos de DC se paseen por ahí, y el film tiene un interesante arranque con un gran sentido del humor, ácido y corrosivo, con un ingenioso metalenguaje capaz de unificar todas las encarnaciones anteriores del Caballero Oscuro en una misma secuencia.
Analizando Batman, la LEGO película como una comedia de gags, la cosa funciona bastante bien, con momentos desternillantes como la fiesta en la Fortaleza de la Soledad, pero Warner/DC se empeña en cometer una y otra vez los mismos errores, incluso en animación, y a medida que avanza la película la historia deriva en una epopeya de acción y destrucción, buscando la espectacularidad por encima del humor. Es entonces cuando todo se me viene abajo, llegándome a cansar sobremanera tantos bloques de construcción saltando por los aires, llegándome a parecer la acción confusa y la trama aburrida.
No me enganchó para nada la trama de la amenaza a Gotham, la cansina insistencia del Jocker en remarcar su necesidad de sentirse importante en la vida de Batman me pareció agotadora y la película, como sucediera con la LEGO película, terminó por desesperarme y aburrirme.
Quizá cometí el error de esperar demasiado de la película. Quizá olvidaba que es un producto básicamente infantil. O quizá, simplemente, me parece una estupidez un mundo formado por bloques de LEGO. Tras las alabanzas de la película de Lord y Miller y la buena acogida que ha tenido esta, debo claudicar definitivamente de este género y resignarme a que las películas de superhéroes de Warner se limiten siempre, en cualquier género, en una sucesión interminable de explosiones.
Puede que muchos disfruten de esta película, pero desde luego no va conmigo.
Otra vez será.

Valoración: Tres sobre diez.

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