viernes, 10 de junio de 2016

NUESTROS AMANTES: el amor puede estar a la vuelta de la esquina.

Escrita y dirigida por Miguel Ángel Lamata, Nuestrosamantes es una pequeña joyita de nuestro cine, una de esas películas que se digieren poco a poco y que, más allá de su visionado inicial, dejan un agradable poso en el espectador.
Definida como una comedia romántica al uso, la película es mucho más, no siendo tan divertida en líneas generales de lo que cabría esperar pero evitando en todo momento la estupidez y la sal gruesa que suelen poblar muchas producciones similares. Al contrario, Nuestros amantes se caracteriza por unas líneas de diálogo magníficas y un juego de ajedrez dialéctico entre unos Eduardo Noriega y Michelle Jenner que están sensacionales.
La premisa es muy sencilla: dos desconocidos se encuentran casualmente y se proponen jugar mutuamente a iniciar una relación de amistad sin saber (ni querer saber) nada uno del otro. Dos libros en blanco por escribir, que, pese a derivar en un previsible (y obligado) final, recorrerán un camino por el que seducirán al público con inteligencia.
En una época en la que estamos acostumbrados a ir al cine a ver explosiones y grandes batallas cargadas de épica, resulta reconfortante poder refugiarse de vez en cuando en la sencillez de un film en la que una escena tan simple como dos personas caminando y hablando por un parque de Zaragoza resulta mucho más entretenida que las dos horas que dura Warcraft. Lamata consigue, con su guion, que nos sintamos cómplices de la historia entre Carlos e Irene a la vez que nos planteemos qué haríamos nosotros mismos de encontrarnos en su situación. Y todo ello sin perder en ningún momento la sonrisa.
Pero por encima de todo, aparte de la buena hora y media que uno pasa durante la proyección, el gran mérito de la película es que uno se lleva la historia consigo a su propia casa, recuperando escenas y diálogos en el futuro, en lugar de olvidarla apenas salir de la sala de cine.
Es Nuestros amantes una película fresca y dinámica, con cinco actores (no hay que olvidar las aportaciones pequeñas pero maravillosas de Gabino Diego, Amaia Salamanca y Fele Martínez) en estado de gracia, que te deja con ganas de más. Quizá carezca del ruido mediático de otras producciones españolas con gigantes televisivos en sus espaldas, pero merece la pena que se le dé una oportunidad y dejarse llevar por un cuento que, como poco, dará un poco de luz a nuestros corazones.
Enamorémonos de nuevo y brindemos, ¿cómo no?, por nuestros amantes.

Valoración: Siete sobre diez.

1 comentario:

  1. Presuntuosa. Todos los diálogos son impostados y antinaturales para mayor gloria del guionista/director

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