domingo, 14 de febrero de 2016

ZOOTRÓPOLIS: Un policíaco para todas las edades.

Apenas comenzar el año ha llegado ya el primer gran estreno de Disney, y aun siendo una fecha tan atípica para una producción infantil lo cierto es que es un título muy a tener en cuenta, quizá no del valor intelectual para competir con Del Revés pero sí muy por encima de simples divertimentos como El viaje de Arlo o la muy esperada (aunque no por mi) secuela de Buscando a Nemo.
Zootrópolis podría parecer, a simple vista, una película muy infantil, de esas que se basan en la simpatía de unos animales que hablan e interactúan entre ellos con un argumento simplista que poder decorar con chistes y situaciones divertidas. Pero no, la película, que puede ser disfrutable para los más pequeños, es mucho más que eso. No es una apuesta excesivamente madura de fuerte trasfondo político (aunque algo hay), pero sí una muy entretenida película de cine negro con múltiples homenajes al género que difícilmente podrán entender los más pequeños. Analizando a fondo la historia de una policía novata que se topa con un caso más grande de lo que puede digerir nos encontramos con momentos de fuerte violencia, situaciones que rozan el terror e incluso una escena erótica nada sutil. Es esta una película, en fin, cuyo guion imaginado en una película de acción real sería frenético y, aunque algo tópico, muy efectivo.
Es de agradecer, pues, que Disney haya concebido una película de animales parlantes orientada más bien a un público juvenil que infantil, donde el típico caso de compañeros que no se soportan pero deben ayudarse mutuamente riza el rizo al estar compuestos por una conejita (que no del playboy, ojo) y un zorro.
Eso sí, el hecho de que la película esté plagada de referencias al cine de acción policiaco, con sus persecuciones, sus chascarrillos, sus mafiosos y soplones y su corrupción en las altas esferas, no impide que  haya algo de reflexión oculta tras las formas. Y es que con la excusa de los simpáticos animalillos, Zootrópolis habla sobre la discriminación, sobre la desconfianza que se siente hacia los que son diferentes, sobre el miedo que provocan los estereotipos… Todo ello camuflado en una película muy entretenida, más emocionante que divertida donde la acción supera de lejos los chistes y donde se repite una de las máximas de Disney, que el pequeño puede llegar a ser grande a base de perseverancia y convicción.
Y todo ello, por supuesto, con una factura técnica magnífica, algo que quizá empieza a pasar desapercibido cuando hablamos de un producto Disney pero que merece la pena destacar, ya que la recreación visual de esta Zootrópolis es sencillamente magistral.
Y encima, “sale” Shakira. ¿Qué más se puede pedir?

Valoración: 8 sobre 10.

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