viernes, 11 de septiembre de 2015

ATRAPA LA BANDERA (7d10)

Película de animación española que viene precedida por el anterior gran éxito de sus creadores: Las aventuras de Tadeo Jones, y eso precisamente puede ser su gran problema.
Y es que, más allá de su calidad, la opinión más predominante es que es inferior a aquella y, casi con toda probabilidad, así lo reflejen los resultados en taquilla.
Pues bien, no he tenido ocasión de ver todavía la versión patria del célebre personaje concebido por Spielberg y Lucas, así que me considero limpio de todo prejuicio y capaz de esquivar cualquier tipo de comparativa con la susodicha cinta.
Atrapa la bandera es una magnífica película que si bien bebe de muchas fuentes (su influencia más destacable, al menos en el primer tercio de película, es claramente el Space Cowboys de Eastwood) sabe aunar sus muchos referentes con brillantez, logrando una aventura sólida, emocionante y, sobretodo, muy divertida.
Sin olvidar que estamos ante una película para niños que no se ruboriza por insistir en uno de los mensajes más manidos del género (la importancia de la familia por encima de todas las cosas), al verla no pude evitar que me viniera a la mente las palabras de Cristopher Nolan para justificar la existencia de Interstellar alegando que añoraba la épica de las películas sobre el espacio de antaño en las que se miraba hacia el cielo mientras se soñaba con descubrir nuevos mundos. Bajo ese concepto, Atrapa la bandera refleja con mucha mejor eficacia la parte más mágica e idealista de la carrera espacial que el propio film de Nolan (de algo así se suponía que pretendía ir ese pastiche mal titulado Los Cuatro Fantásticos, si me permiten la pullita), mostrando una competición contrarreloj con destino la Luna  entre los buenos (representantes de la humanidad -así, sin complejos- en un toque de realismo que recuerda a films como Apolo XIII) y los malos (la vertiente más fantasiosa, con una nave que parece prestada por algún villano de comic).
Atrapa la bandera cuenta las historias paralelas de tres chavales cuya máxima prioridad en la vida es vencer en una versión sofisticada y acuática del juego de atrapa la bandera y de un magnate empeñado en demostrar que el hombre nunca ha pisado la luna (referencia a esa clásica leyenda urbana, cameo de Stanley Kubrich incluido), lo cual supondría, por encima de todo, un fuerte golpe a la fe y la esperanza de la humanidad (insisto con esa intención constante de comparar la aventura espacial con la magia de hacer los sueños realidad). Ambas historias se entremezclarán cuando el padre de uno de nuestros protagonistas sea elegido para comandar una nueva expedición al satélite en la que demostrar la realidad de ese primer viaje, aunque las cosas no serán para nada fáciles…
Con una calidad gráfica excepcional, la película está repleta de guiños que facilitan una complicidad constante con el chaval protagonista, mientras que la combinación de humor y acción está bien medida, consiguiendo que la película esté a la altura de los otros dos estrenos infantiles del verano: Los Minions y Del revés, aunque desde luego sus pretensiones sean mucho más modestas que la inteligente y reflexiva obra de Pixar.
Atrapa la bandera no es perfecta en su argumento y obliga a verdaderos saltos de fe a los espectadores más adultos (¿por qué hay trajes espaciales de talla infantil? ¿de dónde sale la enorme base lunar del villano?), pero al final este es un producto destinado a los niños y ellos, sin duda, se lo van a pasar pipa. Y los demás también, ¡qué caramba!
Atrapa la bandera sí es, como deseaba Nolan, una de esas películas que te invitan a mirar hacia el cielo y soñar. Y lo consigue, además, haciéndote reír. Dejemos las comparaciones para otro día. 

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