miércoles, 26 de agosto de 2015

OPERACIÓN U.N.C.L.E. (8d10)

En la década de los sesenta la NBC emitió una serie de televisión llamada The man from U.N.C.L.E. que en España llegó bajo el título de El agente de C.I.P.O.L.
Cincuenta años después, Guy Richie antaño enfant terrible del cine de bajos fondos y en la actualidad realizador consagrado gracias, sobre todo, a su saga de Sherlock Holmes, ha sido el encargado de dar el salto a la pantalla en una película con claras pretensiones de ser el inicio de una saga.
Habría que preguntarse quién había sido el lumbreras que había decidido juntar en la película a dos actores tan “potencialmente peligrosos” como son el protagonista del último Superman (exitosa en recaudación pero bastante vapuleada por buena parte de la crítica) con el infame Llanero Solitario (esta sí que fue vapuleada por todo quisqui, merecidamente, debo añadir). Podía ser una apuesta arriesgada, más si tenemos en cuenta que tenemos a un californiano representando el papel de un ruso (algo que ya sucedía en la serie original pero que en estos tiempos se ve algo forzado). No será culpa de ellos (por más que Armie Hammer abusa de rigidez, como si su modelo de ruso a imitar fuese el Danko de Schwarzenegger) ni de su director la fría acogida que parece que está recibiendo en taquilla el film, culpa posiblemente a la baja afluencia de público en los cines durante el mes de agosto o por coincidir en cartel con otra película de espías como Misión Imposible: nación secreta.
Sea como sea, el caso es que la película es magnífica. Richie, sin abusar de las cámaras lentas que tanto le gustan aunque manteniendo sus señas de identidad en un montaje atropellado pero efectivo, consigue una brillante película de intriga ambientada durante la Guerra Fría sin renunciar a un sentido del humor fresco  e inteligente.
No nos dejemos engañar, la película es una versión ligera de James Bond ambientada en los años 70 combinada con el género de policías colegas (ya he nombrado a Danko, calor rojo, cuya sombra sobrevuela el film constantemente). En este sentido, Henry Cavill  (Napoleón Solo) se muestra como un agente secreto perfecto, impoluto, seductor y con carisma, con el sentido del humor del que carece el Bond de Daniel Craig o su propio Hombre de acero. Él es el verdadero protagonista del film, pese a que comparta cartel con Hammer, mientras que Alicia Vikander, la bella androide de Ex machina, es una Chica Bond Solo perfecta.
No le falta de nada a esta película repleta de acción, persecuciones espectaculares, tiroteos, sensualidad, explosiones e intriga. E, insisto, mucho humor.
Completada en el reparto por Jared Harris, Hugh Grant y Elizabeth Debicki, la película teinvita a disfrutar de principio a fin, haciendo que –independientemente de su duración- no desees nunca que llegue su final y tras el mismo, deseando que remonte en taquilla (Richie ha olvidado “colar” a típico actor asiático que sirva de reclamo en el mercado nipón) para que se produzca la secuela que a buen seguro sus productores tienen ya en mente.
Si acaso, se echa en falta algún cameo de Robert Vaughn o David McCallum, los Napoleon Solo e Illya Kuryakin originales.
Sin duda junto a Misión Imposible: Nación Secreta, lo mejor del verano.

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