lunes, 13 de abril de 2015

MORTDECAI (4d10)

David Koepp es un guionista con cierto renombre en el mundillo de Hollywood, autor de diversos títulos dirigidos por Spielberg como Parque Jurásico, El Mundo Perdido, La guerra de los Mundos o la última de Indiana Jones, además de Ángeles y demonios, Atrapado por su pasado o el primer Spider-man de Raimi, pero que como director no ha conseguido destacar todavía, siendo la inquietante El último escalón (con Kevin Bacon) su mejor trabajo hasta la fecha.
Mortdecai, su última película (en la que curiosamente no participa en el guion), parecía una piedra de toque para demostrar su calidad y, sobre todo, su efectividad, con una comedia de intriga que, a priori, parecía contener todos los elementos necesarios para ser un éxito de taquilla: adapta una saga literaria de cierto éxito, contiene un reparto atractivo, pertenece a un género de habitual aceptación por parte del público, con claras reminiscencias a Austin Powers, Johnny English o, sobre todo, la saga de La Pantera Rosa… Sin embargo, Koepp (pese a que como guionista es autor de la genial aunque incomprendida La muerte os sienta tan bien) no parece sentirse demasiado cómodo en la comedia, y la primera crítica que hay que hacer a la película es que no resulta en casi ningún momento divertida, estando plagada de gags absurdos y diálogos estúpidos y repetitivos.
Por otro lado, Johnny Deep es un actor antiguamente aplaudido por público y crítica que lleva un tiempo en horas bajas y que parecía jugarse el poco prestigio que le quedaba  con esta película. Pero al final, y perdón si molesto a los pocos fieles que le puedan quedar, Deep es lo peor del film, convertido definitivamente en una caricatura de sí mismo y sin ningún motivo para creer en su recuperación.
Mortdecai pretende conjugar una trama enrevesada con toques de comedia, intriga y sensualidad, pero el argumento planteado es tan desquiciante como confuso, con cuadros de Goya robados, restauradoras muertas, códigos ocultos… pero que al final todo parece girar en torno a si el protagonista debe mantener o no su bigote (¡sig!).
Desde hace algunos meses los carteles publicitarios de la película invitaban a pensar que se trataba de una comedia glamurosa y elegante, pero ya desde el primer tráiler se podía intuir el despropósito, siendo una justita Gwyneth Paltrow la única que, sin esforzarse demasiado, pone el toque de glamour, pues a su lado Ewan McGregor no parece tomarse en serio su papel en ningún momento, Paul Bettany está ridículo como pareja cómica de Depp, y Olivia Munn no cuela como el reclamo sexual que se le supone.
Con una pomposidad desmedida, Mortdecai puede resultar, con muy buena voluntad, una película simpática, pero poco más. Es totalmente irregular, confusa y fallida, y no contiene ningún personaje que produzca la más mínima empatía en el espectador, por lo que su visionado no pasa de ser un leve entretenimiento.
Muy leve, insisto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario