jueves, 16 de abril de 2015

EL NUEVO EXÓTICO HOTEL MARIGOLD (6d10)

En 2011 el director John Madden, que en el 98 había alcanzado la fama por Shakespeare in love pero que desde entonces no había sabido dar con la tecla acertada, junto al guionista Ol Parker, dieron la campanada con la película El exótico Hotel Marigold, una simpática película que combinaba las peripecias de un grupo de personajes bien adentrados en la tercera edad con una especia de canto de amor hacia la India y su cultura.
Tal fue el (a mis ojos desmedido) éxito de la película que era inevitable que tuviese una secuela, y director y guionista han vuelto a reunirse para dar forma a este El nuevo exótico Hotel Marigold que supone una continuación lógica y coherente a la anterior película.
Posiblemente lo más destacado del film sea el logro de volver a juntar  a las mismas estrellas del film original (solo ha faltado Tom Wilkinson por razones obvias) a los que se les suma, además, Tamsin Greig y un estelar Richard Gere, además de un breve cameo de David Strathairn. Así, concebida más como una reunión de viejos amigos (esto no deja de ser, en el fondo, un extravagante hogar del jubilado), volvemos a ver deambulando por el hotelito de marras a Maggie Smith, Judi Dench, Bill Nighy, Celia Imrie, Ronald Pickup, Diana Hardcastle o Lillete Dubey. Ni siquiera Penelope Wilton ha querido perderse su participación en la fiesta, de nuevo comandada (esta vez en exceso) por Dev Patel y Tina Desai.
Como si de la secuela de un film de acción se tratase, Madden y Parker se han limitado a repetir la receta de la primera y exitosa película pero multiplicando sus ingredientes por dos. Si en aquella funcionaban las relaciones entre los abueletes aquí hay más romances octogenarios, si gustó el aroma a curry ahora la cultura hindú está mucho más presente gracias a la excusa de la boda entre Sonny y Susaina, y si la idea del hotel para jubilados era original, ahora es el momento de abrir (o no, no adelantemos acontecimientos) un segundo hotel.
Esta es una película que, sin duda, gustará a los que disfrutaron de la primera. Sin arriesgar lo más mínimo, las relaciones entre los personajes evolucionan lo mínimo para no provocar demasiadas sorpresas, dejando a Nighy y Dench (sin duda los mejores artistas del amplio reparto) como estrellas de la función. Sin la carga de tener que presentarnos a los personajes, la acción arranca con mejor efectividad en esta secuela pero, por el contrario, acusa de

masiado el exceso de protagonismo del personaje que interpreta Dev Patel, que resulta cansino y, por momentos, insoportable.
Concebida al más puro estilo de sitcom en versión cinematográfica, la película, más que un argumento propio (la mencionada boda podría ser el hilo argumental, ya que incluso se diferencian los tres arcos narrativos mediante las tres partes que conforman la ceremonia tradicional) se divide en diversas subtramas, cada una de ellas protagonizada por sus propios personajes, que apenas se molestan entre ellas, lo cual hace que se pierda un poco el sentimiento de coralidad pero que, por el contrario, permite que se pueda disfrutar del resultado final pese a que alguna de esas subtramas puedan no conectar con algún espectador.
Por ello, la película termina siendo una comedia amable, cumplidora con lo que promete, destinada a un público muy concreto que sin duda la disfrutará sin demasiadas pegas y que funcionará correctamente en taquilla (lo suficientemente correcta, imagino, para poder pensar en una tercera entrega), aunque faltará ver si la eliminación del factor sorpresa que impacto en la película original le pasa factura.
Para el resto del público solo es recomendable si se quiere pasar un rato entretenido sin demasiadas exigencias. Al menos, nadie podrá quejarse de haber sido engañado. Hay lo que se ve, ni más ni menos.

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