lunes, 9 de febrero de 2015

THE INTERVIEW (5d10)

Permítanme ustedes que realice un comentario un poco más largo de lo que la propia peli se merece. Y es que si The Interview en sí no es un film para nada relevante, su estreno sí lo ha sido.
Por ello, comenzaré realizando un análisis puramente cinematográfico.
The Interview es una de las tonterías típicas paridas por Seth Rogen y Evan Goldberg, firmantes de maravillas como Superfumados, Supersalidos o Juerga hasta el fin, y con estos antecedentes se puede adivinar por dónde van los tiros. Con la delirante historia de una entrevista al líder coreano Kim Jong Un como telón de fondo, Rogen y Goldberg crean una payasada bastante lujosa que podría haber funcionado como crítica política ácida contra el dictador comunista y los recursos pseudoterroristas del propio gobierno americano, aprovechando de paso en burlarse de la telebasura (y que nadie pretenda comparar ni por error esto con la espléndida Nightcrawler), pero que prefieren decantarse por los chistes escatológicos y sexuales que son casi la marca de la casa de los cómicos y convierten una película con posible interés en una más del montón. De esta manera, y con la colaboración de otro habitual de la casa, James Franco (un actor capaz de alternar interpretaciones dignas de Oscar con patochadas como esta), The Interview es una sátira que dispara con balas de fogueo y que divierte a los menos exigentes pese a lo tontorrón de su discurso.
He querido limitarme hasta ahora en la reflexión fílmica porque, independientemente del favor que Kim Jong Un y su supuesto enfado con la película (aún no está del todo claro que las infiltraciones sobre las supuestas amenazas terroristas emitidas desde Corea del Norte en caso de estrenarse el film así como los cacareador ciberataques que se han dado en llamar el Sony leaks sean totalmente ciertos) haya hecho a la recaudación del film me parecen injustas las muchas críticas que se apuntan al dicho de mucho ruido y pocas nueces, que han pretendido cargarse cruelmente la película como si la posible ofensa al líder comunista invitara a pensar que estamos ante una obra maestra. Debemos analizar la película como lo que es, una comedia gamberra a imagen y semejanza a otras estupideces paridas por Rogen y Goldberg (el propio cartel remite a Malditos vecinos), recordando las pretensiones de sus autores al realizarla, más allá de el maremágnum de polémicas y asuntos turbios en los que se ha visto envuelta y del que para nada se debe responsabilizar a Rogen, Golberg o Franco. La película debe gustar o no libre e independientemente de asuntos externos, y muchos que se consideran críticos en el fácil mundillo de la bloggesfera lo olvidan con relativa facilidad.
En fin, al cine lo que es del cine, y en este caso se trata de cine simple y plano con algunas pretensiones a juzgar por el desorbitado clímax final y que no es, al final, más que una comedia gamberra en la que la verdadera triunfadora termina siendo, ni más ni menos, Katy Perry.

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