jueves, 15 de enero de 2015

EMPIEZA LA TEMPORADA DE PREMIOS

Con enero en pleno ecuador, Hollywood comienza a revolucionarse en forma de galas, ceremonias y desfiles donde los artistas lucirán palmito y competirán por ser los más glamurosos y divinos de la muerte mientras sus películas se coronan como las grandes triunfadoras (o perdedoras) del curso pasado. Se coronan, digo, a modo de premios honoríficos pues ya sabemos todos que los premios reales que más celebran los estudios son en forma de ingresos en taquilla, y ahí ya está todo más que decidido.
Si por el lado económico los grandes títulos del año han sido sin duda Las Tortugas Ninja y Los guardianes de la Galaxia (aunque ha habido por ahí otras cosillas como Transformers: la era de la extinción, El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos y Maléfica) estaba claro que ninguno de estas películas iban a rascar nada en cuanto a grandes premios se refiere (dejando de lado los correspondientes al apartado técnico, por descontado), por la parte más académica a priori parecía que habían dos títulos destinados a destacar por encime de los demás: Interstellar de Christopher Nolan y Perdida de David Fincher. Y aunque ambas han cosechado grandes críticas y cuantiosos dividendos han sido sin duda las dos grandes ausentes en la terna de los grandes premios, con Rosamund Pike como única esperanza para salvar la papeleta. Y ya con la simple lista de los nominados a los Globos de Oro se podía empezar a intuir por donde iban a ir los tiros.
Parece que, si mucho no cambian las apuestas, cuatro son las películas que se van a dar de tortas por el trozo grande del pastel: El gran hotel Budapest, Birdman, Boyhood y The imitation Game, aunque algún premio de los importantes podían rascar El francotirador, La teoría del todo, Whiplash, Foxcatcher o Selma (a esta última, basada en Martin Luther King, confieso que no le seguía la pista).
Se suele decir (aunque muchos lo odien) que los Globos de Oro son la antesala de los Oscars, y si bien tal afirmación no corresponde a ninguna regla matemática si es cierto que son un buen baremo para intuir por donde van a ir los tiros (no en vano los premios se conceden apenas unos días antes de desvelarse las nominaciones a los Oscars).
Lo divertido del caso es que, al tener sus premios principales dos categorías (comedia o musical por un lado y drama por otro) otorga a dos posibles favoritas, que en este caso ha sido una de las películas sorpresa de la temporada (uno casi diría que en España ha pasado sin pena ni gloria, pero al ver la taquilla resulta que esté en el puesto 24, por encima justo de Fincher y Nolan y recaudando más que Godzilla y RoboCop juntas): la última locura visual de Wes Anderson contra la arriesgada (y en un humilde puesto 77 de la taquilla española) y ambiciosa Boyhood. Así, este año parece que el riesgo es recompensado por los críticos (la tercera en discordia  es prácticamente un único plano secuencia con un Michael Keaton espectacular). Pueden apostarse algo a que de entre estas tres sale el premio gordo.
Algo parecido se podría decir con respecto a la dirección, haciendo pensar que se pudiera repetir el caso del año pasado en que el premio de mejor película y el de mejor dirección correspondió a dos films diferentes.
En el apartado interpretativo Michael Keaton parece el claro favorito (en Hollywood gusta mucho esto de los actores que resurgen de sus cenizas), no pareciendo que el Stephen Hawking de Eddie Redmayne tenga fuerza suficiente como para hacerle sombra. En las féminas, el gran duelo parece estar entre Julianne Moore y Rosamund Pike, más cuando la otra ganadora del Globo de Oro, Amy Adams, ha caído de la lista de los Oscars.
Esto es, a groso modo, un primer vistazo a la temporada de premios que nos espera y que concluirá  a lo grande con los Oscars del día 22 de febrero y que, como el año pasado, será comentada en directo por el Panda Cinéfilo, este año, además, vía twitter. Con más de un mes por delante, tiempo habrá de analizar las ausencias y las nominaciones innecesarias, tema en el que no quiero entrar a valorar todavía porque, como es menester por estos lares, no hemos podido disfrutar de muchas de las películas. De las ocho nominadas a mejor film, sin ir más lejos, cuatro permanecen aún sin estrenar (aunque mañana mismo la cosa empezará a arreglarse). Con la esperanza de poder haberlo visto todo (¡ja, qué iluso!) antes de la noche de la ceremonia os invito desde ya a hacer vuestras apuestas.
¿Tenéis ya un favorito?

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