lunes, 31 de marzo de 2014

ALABAMA MONROE * (7d10)

Dura, muy dura, es esta historia belga que representó a su país en los últimos Oscars con su nominación a la mejor película de habla no inglesa.
Elise y Didier son una pareja de músicos que disfrutan del bluegrass (una variante del country) cuya vida cambia cuando se detecta un cáncer a su hija de seis años.
Con una estructura desordenada por sus continuos saltos en el tiempo, Alabama Monroe puede parecer al principio un drama musical en la línea de A propósito de Llewyn Davis, pero más allá de presentar una brillante colección de composiciones musicales, Alabama Monroe es un cruel retrato sobre los sentimientos y la diferencia de Elise y Didier a la hora de enfrentarse a la vida.
Los sacrificios de la paternidad, el sueño americano, la vida después de la muerte, la ciencia enfrentada a la religión y el fin del amor son diversos temas que podrían desembocar en un confuso batiburrillo pero que en este film de Felix van Groeningen casan con armoniosa brillantez consiguiendo que unos personajes peculiares e inicialmente distantes para nosotros sean perfectos para identificarnos (y sufrir) con ellos.
Alabama Monroe consigue plasmar en imágenes el significado del dolor y el sufrimiento, cargada de acertadas metáforas como los tatuajes de Elise, los pájaros que se estrellan contra el cristal o el cambio de nombres que simbolizan una nueva vida como si con ello fuese suficiente para escaparse de la anterior.
La película belga consigue agarrar el corazón y oprimirlo con fuerza hasta hacernos estremecer, golpeando donde más duele y dejándonos una sensación amarga tal finalizar pero con mucho en lo que pensar.

Abracen a sus seres queridos y díganle lo mucho que les quieren. La vida puede llegar a ser muy cruel. Y esta película, también.


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