martes, 19 de noviembre de 2013

¿QUIÉN MATÓ A BAMBI? (7d10)

Hace poco escuché un debate en un programa de radio sobre la mala pinta que tenía la película española Espérame en el infierno a juzgar por su trailer, afirmando que eso de los avances era un punto a mejorar de nuestro cine.
Algo así se podría decir de ¿Quién mató a Bambi?, film de Santi Amodeo, que al ver el trailer se puede intuir cierta gracia en su argumento pero que parece plagado de estrellas desganadas que recitan sus diálogos sin convencimiento alguno. Y, efectivamente, debo estar de acuerdo con los contertulios de la emisora: ¡qué mal se hacen los trailers en España!
Y es que pese al avance de situaciones sin sentido, diálogos mutilados y conversaciones sin gracia, lo cierto es que ¿Quién mató a Bambi? ha resultado ser una comedia tan absurda, desmedida y loca como divertida.
Partiendo de dos argumentos aparentemente separados vamos a conocer como Edu (Ernesto Alterio) y Gigi (Enrico Vecchi), compinchados con Mati (Clara Lago) planifican el secuestro del déspota jefe del padre de Edu (José Ángel Egido), interpretado por Pedro Mari Sánchez, para pedir un buen rescate por él. Por otro lado, David (Quim Gutiérrez) es novio de Paula (Úrsula Corberó), hija de la presunta víctima de los secuestradores, quien a su vez es el jefe de su futuro yerno. Durante una entrevista entre ambos el padre de Paula tiene un ataque y David busca la ayuda de su amigo Mudo (Julián Villagrán), pero cuando regresan al despacho de su jefe lo encuentran herido y en ropa interior. Asustados, deciden ocultar el cuerpo del hombre en el maletero del coche mientras deciden la mejor manera de llevarlo a un hospital sin ser acusados de nada. Mientras, el padre de Edu -que es quien ha robado el traje de su jefe, junto con otros objetos personales- se dispone a llevarse también su coche cuando, por error, es encapuchado y secuestrado por Edu y Gigi.
El lío está servido. Estos son solo los diez primeros minutos de esta comedia de enredo inspirada ligeramente en un film mexicano donde todo puede suceder y en la que las confusiones y equívocos irán en aumento hasta llegar a un hilarante final.
Nada tiene sentido en un guion pleno de ridiculeces e incoherencias donde cabe de todo, desde un abogado pastillero, un taxista bizco psicópata, un homenaje final a Resacón en Las Vegas y hasta la aparición especial de Andrés Iniesta. Pero da igual. Si aceptamos el dicho de que el fin justifica los medios,  el fin aquí es la sonrisa constante y la carcajada esporádica. Y eso lo consigue.
Sin más pretensiones que la de hacer pasar un buen rato, ¿Quién mató a Bambi? es por momentos tronchante, con un ritmo bien medido y un desarrollo paralelo de las dos historias bien configurado, con el único pero del montaje atropellado y con saltos en el tiempo de los primeros cinco minutos.
A partir de ahí, Santi Amodeo se luce pintándonos una sonrisa en el rostro.

Y eso siempre es de agradecer.

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