viernes, 15 de noviembre de 2013

PACTO DE SILENCIO (6d10)

Un espectacular reparto no siempre es suficiente para justificar las excelencias de una película, y si encima su director es alguien con el prestigio y la calidad demostrada como Robert Redford, las expectativas estarán por todo lo alto.
Es por ello que Pacto de silencio, aun siento sumamente entretenida, sabe a poco.
Redford propone un interesante thriller sobre un abogado viudo que se ve acosado por los fantasmas de un pasado ligeramente turbio: su implicación en un grupo activista contrario a la guerra de Vietnam que casi sin saber cómo pasa de los actos de protesta pacíficos a tener sus manos manchadas de sangre y convertirse en prófugos del FBI incluso treinta años después.
Ya en la actualidad la tranquila vida de Jim Grant (Redford) se verá bruscamente interrumpida cuando el periodista Ben Shepard (magnifico Shia LaBeouf) comienza a hurgar en su pasado. Comienza así una frenética huida en la que Grant tratará de limpiar su nombre antes de que otros inocentes (como su propia hija) sean salpicados por la polvareda que Shepard está levantando.
Muchos son los buenos propósitos que podemos adivinar en esta película, como una reflexión sobre el compromiso social y la responsabilidad ciudadana frente a las malas gestiones políticas, un análisis sobre el periodismo actual y la fina barrera de la ética que tan frecuentemente se traspasa y, sobretodo, un discurso sobre la madurez y la prioridad de la familia por encima incluso de los propios ideales, capas de cebolla, todos ellos, demasiado finas como para que a la postre nos encontremos con poco más que una simple historia de intriga, con giros de guion no excesivamente sorprendentes pero narrada con la habitual elegancia que define el cine de Redford.
Quizá la nota más desentonante sea la presencia del propio Redford en su faceta de actor, demasiado mayor para el personaje y que no termina de hacerse nunca con él, aunque para compensarlo están las apariciones, en algunos casos fugaces, de Julie Christie, Terrence Howard, Chris Cooper, Brendan Gleeson, Brit Marling, Susan Sarandon, Nick Nolte, Stanley Tucci, Richard Jenkins, Sam Elliott o Anna Kendrick.

Menos alabado por la crítica que otros compañeros de profesión como Eastwood, Redford es para mí el más regular de los muchos actores metidos a realizadores del panorama actual, con una dirección sencilla pero sobria (su anterior película, La Conspiración, le da mil patadas al Lincoln de Spielberg) y sin rehuir nunca de ligeras gotas de compromiso. Lástima que en ocasiones esas gotas sepan a poco.

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