Aprovecho
esta película para explayarme aquí con unas reflexiones sobre las
distribuidoras y la piratería que llevo tiempo deseando compartir.
Veréis,
La cabaña en el bosque (o The Cabin in the Woods, como se la
conoce mejor) se rodó en el año 2009, pero no se estrenó en Estados Unidos
hasta 2012 (imagino que aprovechando el tirón de Josh Wedon a raíz de Los Vengadores), cuando medio mundo se
la había bajado ya de Internet. Aun así, llegó a Sitges ese mismo año y arrasó,
aunque se anunció que no iba a ser estrenada en cines comerciales, por lo que
el otro medio mundo no tuvo más remedio que bajársela también por Internet, ya
que las críticas eran bestiales. Ahora, al fin, de golpe y porrazo se estrena
en España, sin nada de publicidad y en escasos cines en Versión Original
alejados de las grandes ciudades.
Conclusión:
Yo también me la he bajado de Internet.
Claro,
ahora es cuando todos se echan las manos a la cabeza y dicen que la piratería
está hundiendo el negocio del cine. Por favor (y me dirijo tanto a productores
como distribuidores y exhibidores), déjense de tonterías y comiencen a respetar
un poco al espectador. Quizá así el espectador les respete también a ustedes.
Y
dicho esto (¡Dios, qué a gusto me he quedado!) debo decir que The Cabin in the Woods (tanto tiempo
esperando en vano su llegada a España ha hecho que me acostumbre más a su
título en inglés) no es la obra maestra que algunos aseguran (y es que los hay
exagerados), pero sí es una magnífica película, fresca, divertida y
desquiciante (a la par que desquiciada) con mucha más inteligencia que todas
esas patrañas de cine de terror con aspiraciones que nos llega últimamente y,
sorprendentemente, sí se estrenan correctamente con su publicidad en las
paradas del autobús y todo.
Poco
se puede contar de La cabaña en el bosque,
ya que lo mejor de ella son los sorprendentes giros argumentales para los que
es necesario llegar a ella lo más vírgenes posibles, por lo que quizá su único
defecto es que la propia película nos desvela alguno de sus secretos de forma
algo precipitada (aunque eso también ayuda a desconcertar).
La
historia no puede ser más simple, en claro homenaje a Posesión Infernal. Un grupo de jovenzuelos van a pasar unos días a
una cabaña perdida en mitad del bosque, pese a que por el camino encuentran a un
tipo de lo más siniestro regentando una gasolinera que les recomienda que no lo
hagan. Allí, aislados del mundo excepto por un único camino de entrada y salida
y sin cobertura telefónica, se enfrentarán a una pesadilla cuando invoquen, por
accidente, a poderosas fuerzas del mal.
¿Les
suena, verdad? Más tópico imposible.
¿O
no?
Pues
no, porque todo en la película escrita a cuatro manos por Joss Whedon y Drew
Goddard y dirigida por el segundo es una enorme broma, un retorcido giro a las
películas de terror que todos hemos mamado a las que homenajea y ridiculiza por
igual. Con unos geniales Richard Jenkins y Bradley Whitford como protagonistas
de una de las dos historias paralelas (de la que no pienso mencionar nada) y
con Chris Hemsworth (antes de ser Thor) como única cara conocida del grupo de
muchachos, La cabaña en el bosque es
la hermana lista de Screen, como un
reverso oscuro de aquella otra broma de Wes Craven aunque mucho más
desquiciante si cabe, con una media hora final demencialmente apoteósica, donde
las referencias invitan a detener el video para reconocer todos los guiños,
hasta llegar al clímax final, con la imponente presencia de…
No,
hombre, no. ¿De veras pensaban que iba a desvelarlo?
Como
ya he comentado, cuanto menos se sepa de ella, mejor. No es una obra maestra ni
derrocha talento por doquier, pero es difícil disfrutar más con tanta sangre y tantas
muertes por doquier.
Y
es que, si ella no se toma en serio a sí misma, ¿por qué vamos a hacerlo
nosotros?
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